Nuestra Señora del Rosario de Pompeya
El culto del Beato Virgo del Rosario de Pompeya, o, más sencillamente, de la Virgen de Pompeya, nace al final del 1800 a obra de Bartolo Longo, hoy Beato Bartolo Longo, el que, se cuenta que, mientras estaba en los campos, oyó la Virgen decirle: “Si propagaras el Rosario serás "salvo." El joven Bartolo Longo, quedó sacudido por este mensaje que la Virgen le confió, tanto que decidiò abandonar los entornos satánicos que frecuentaba, e iniciar su obra de difusión del ruego del Rosario.
Sin embargo las primeras tentativas de difusión del Rosario no consiguieron grandes resultados, y por este fue a Nápoles, para adquirir una pintura para que el pueblo de Pompeya pudiera más fácilmente convertirse a este ruego. La suerte quiso que, una vez llegado a Nápoles, Bartolo Longo encuentra al propio confesor, que le sugiere de dirigirse a monja Maria Concetta del convento de Puerta Medina, que custodiba una pintura de la Virgen del Rosario, que el mismo confesor le confió antes años.
La tela estuvo en pésimas condiciones, perjudicadas de las polillas y con enteros partos de color faltante, tanto que Bartolo Longo no quiso aceptarlo. Pero, frente a las insistencias de la monja, no pudo rechazar el regalo y con este se dirigió hacia Pompeya, sobre de un carrito generalmente utilizado por el transporte del estiércol.
El cuadro, tal como fue, no pudo ser expuesto a la ciudadanía, sea por el estado de deterioro, que por un error en la pintura, que representaba Santa Rosa, al sitio de Santa Caterina de Siena, como quien que recibió el rosario, y pues poniendo la imagen a riesgo de interdicto.
Fue así que Bartolo Longo decidiò de confiar a las manos de un restaurador el cuadro y, al mismo tiempo, empezó la construcción de una nueva iglesia en la que exponer la pintura: la edificación de esta iglesia será hecha posible por la condesa Marianna De Fusco, futura novia del mismo Bartolo Longo, que hizo conspicuas donaciones, y, las siguientes donaciones de los fieles hicieron de modo que pronto la iglesia se transformara en la actual Basílica Pontificia del Beato Virgo del Rosario de Pompeya.
La pintura de la Virgen de Pompeya, o del Beato Virgo del Rosario de Pompeya, que dir se quiera, en efecto, fue venerado desde la primera exposición pública: De hecho, ya el 13 de febrero de 1876, cuando precisamente fue enseñada por primera vez la pintura, se averiguó el primer milagro, o bien la curación a Nápoles de una jovencita que estaba enferma de epilepsia incurable.
En bien poco tiempo iniciaron a llegar a Pompeya millares de fieles, cada uno preguntando una gracia a la Virgen, tanto que se considera hoy en día que más de 4 millones de personas cada año vayan en romería, haciendo así, de aquel de Pompeya, uno de los santuarios mariano más visitado al mundo.
La importancia de la Basílica de Pompeya, por el mundo católico, también es testimoniada por el hecho que por bien 4 veces ha sido visitada por un papa: en
particular Papa Giovanni Paolo II, Papa Benedetto XVI y Papa Francesco han ido en visita al Santuario y, con ocasión de la visita de San Giovanni Paolo II fue recitada la Súplica.
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