El tercer día del Triduo Pascual es el sábado santo que conmemora la bajada a los avernos de Nuestro Señor Jesús. Jesús queda en los avernos por un breve tiempo cumpliendo su victoria sobre la muerte y sobre el diablo, liberando las almas de los buenos y justos muertos antes de él y les abre las puertas del Paraíso.
El Dios entró de ellos llevando las armas victoriosas de la cruz. Adamo fue lo primero a encontrar a Jesús y golpeándose el pecho por la maravilla, gritó a todos y dijo: “Sea con todos mi Dios." Y Cristo contestando dijo a Adamo: "Y con tu espíritu."
Y, cogidole por mano, le dio algunos golpes, diciendo: «despierta tú que duermes», pues no te creé para que permanezcas cautivo en el Abismo; «levántate de entre los muertos», pues yo soy la vida de los muertos. Levántate, obra de mis manos; levántate, imagen mía, creado a mi semejanza. Levántate, salgamos de aquí porque tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible persona.
Por ti yo, tu Dios, me he hecho tu hijo; por ti yo, tu Señor, he revestido tu condición servil; por ti yo, que estoy sobre los cielos, he venido a la tierra y he bajado al Abismo; por ti me he hecho hombre, «semejante a un inválido que tiene su cama entre los muertos»; por ti que fuiste expulsado del huerto he sido entregado a los judíos en el huerto, y en el huerto he sido crucificado. Contempla los salivazos de mi cara que he soportado para devolverte tu primer aliento de vida; contempla los golpes de mis mejillas que he soportado para reformar de acuerdo con mi imagen tu imagen deformada.
Contempla los azotes en mis espaldas que he aceptado para aliviarte del peso de los pecados que habían sido cargados sobre tu espalda. Contempla los clavos que me han sujetado fuertemente al madero; por ti los he aceptado, que maliciosamente extendiste una mano al árbol.
Dormí en la cruz y la lanza atravesó mi costado por ti, que en el paraíso dormiste y de tu costado diste origen a Eva. Mi costado ha curado el dolor del costado. Mi sueño te saca del sueño del Abismo. Mi lanza eliminó aquella espada que te amenazaba en el paraíso.
Levántate, salgamos de aquí. El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celeste. Te prohibí que comieras del árbol de la vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol, yo que soy la vida y que estoy unido a ti. Coloqué un querubín que fielmente te vigilará; ahora te concedo que el querubín, reconociendo tu dignidad, te sirva.
El trono de los querubines está preparado, los portadores atentos y preparados, el tálamo construido, los alimentos prestos, se han embellecido los eternos tabernáculos y las moradas, los tesoros abiertos y el reino de los cielos que existe antes de los siglos está preparado.
Acabada tal misión, el alma de Jesús se reúne al cuerpo en el sepulcro: y eso constituye el misterio de la resurrección, centro de la fe de todos los cristianos, que será celebrado en el siguiente domingo de Pascua.
Este día es asì basado sobre la espera del anuncio de la resurrección que ocurrirá en la solemne velación.Es profesado por algunos Símbolos antiguos y todavía del ruego eucarístico, cuál anuncio de salvación para cada hombre: nadie es excluido por la salvación que Dios ha preparado para los hombres en Cristo, nadie es perdido, Dios se hace solidaria también en la muerte.
Por cuánto las tradiciones de las Iglesias sean unánimes en creer por fe este aspecto de la Pascua, se trata de un artículo del Símbolo a menudo descuidado.Introduciendo la celebración comunitaria del despacho de las Lecturas y las Alabanzas de la mañana o como breve homilía, este misterio puede ser adecuadamente presentado cuál tesoro de fe de la Iglesia.
La Iglesia católica considera digna de alabanza también dilatar el ayuno clérigo y la abstinencia de la carne por todo el sábado santo, sin embargo no hace de ello una obligación para los fieles.
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