Nació en Cracovia (Polonia) en 1458; murió en Grozny (Bielorrusia) el 4 de marzo de 1484.
Segundo hijo de Casimiro IV, rey de Polonia (m. 1492), había recibido de su padre excelentes preceptores, pero, de entre todos, destacaba su ayuda de cámara, el hombre más discreto del reino, quien jamás reveló ciertas costumbres privadas del joven príncipe como dormir sobre el suelo, llevar cilicio o pasar muchas noches arrodillado delante de las iglesias.
Casimiro IV había situado a su primogénito en el trono de Bohemia y quiso hacer lo mismo con el segundo en el reino de Hungría. Fiado de ciertas informaciones que le habían asegurado la falta de partidarios que tenía el rey de aquel país, Matías Corvino (m. 1490), envió a su hijo al frente de un ejército para destronarlo. Pero cuando Casimiro el Joven llegó a la frontera húngara, se encontró a Matías con un poderoso ejército esperándolo. Horrorizado ante la posibilidad de un derramamiento de sangre, volvió grupas y dijo a su padre que Matías había recuperado el favor de su pueblo y que era, por tanto, una injusticia destronarlo. Esta acción le valió ser encerrado en el castillo de Golzky, en las afueras de Cracovia. Los tres meses que duró el castigo se le hicieron cortos, pues aprovechó para rezar con más intensidad.
Fue virrey de Polonia entre 1479 y 1483, en sustitución de su padre, quien se encontraba en Lituania, provincia polaca por esa época. Tan bien lo hizo que, a su vuelta, Casimiro IV quiso casarlo con la hija del emperador Federico III de Alemania, y, de esta manera, obtener un sucesor. Casimiro, que había hecho voto de castidad, rechazó este partido al igual que había rechazado otros. Los médicos le informaron de que el matrimonio sería muy beneficioso para curar la tisis que sufría ya por entonces. Pero Casimiro contestó que su caso era un excepción y que el mejor remedio para sus males era la vida de piedad.
Murió en 1484, a los veintiséis años, fue canonizado en 1522 y proclamado patrón de Polonia en 1602.
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